lunes, 22 de marzo de 2010

No tiene título

En ese mismo momento lo había decidido y comencé a preparar todo, redacte en unas hojas de mi cuaderno que no era la primera vez que lo intentaba y que tenia miedo, tanto miedo de fallar como de lograrlo. Preparé todo minuciosamente, tuve mucho cuidado de que nadie lo notara a pesar de que nadie jamás nota esas cosas, sonreí antes de ir a dormir y dije "buenas noches ", miré las fotos de mi velador, ví aquel papelito que dice -Te Amo- y el tazón con el peluche que él me regaló para el 14 de febrero. Quise sentir rabia hacia mí misma por lo absurdo, en sierto modo, de lo que tenía en mente, pero a esta altura hasta el odio supuestamente irremediable que sentía hacía mí se estaba desvaneciendo, me quedaba sin nada de mí.

Y otra vez parece que faltaran los motivos, cuando me doy cuenta que en verdad nada es real, el amor no es palpable, y aún cuando pueda sonreír al imaginar que existe, muchas veces he sonreído por una mentira. Si creo que no es real, dejo de hacerlo real y aunque exista no podría notarlo.

A veces creo que vivo de recuerdos erróneos o hasta sin recuerdos, me observo en el espjo y ya aquella imagen desgastada que da mi reflejo no provoca nada en mi interior, ni si quiera escapa una lágrima a mi universo quebrantado por tratar de unir las piezas que caen una y otra vez.

domingo, 21 de marzo de 2010

desde los dias con dientes de leche

Y sabiendo que La vejez es la más inesperada de todas las cosas que puedan suceder a un hombre, me sorprendo a cada instante de que la mia me lleve tantos años por delante, pero ahora al menos la diviso, allá, donde los días con los dientes de leche retozan como si estuviera todo por hacer

Hoy, en el día en que las ramas celebran mi solar funambulismo de andar por ellas como jamas Pedro andará por su casa, Como no compartir con los amigos, sobre todo con los que me han precedido en el regreso, y los que como tercos nómadas caminamos cada vez mas ordenados por la lumbre que obliga a nuestra prisa inútil, a tumbarse con el humo en los amables suelos de nuestras tiendas negras, como no compartir las músicas del silencio y las palabras comestibles que con las manos de los labios repartimos sobre la piel de las miradas.

 
Cumpliendo años con las entrañas

el mas tempranero en compartir conmigo

la medida exacta de crecer hacia la nada
el aniversario
de mudar la nada por la vida
es un gorrión inmortal
que anida ya en febrero
en la chimenea de piidos y amianto
Yo celebro seguir vivo

en su ajetreada supervivencia.
su inmanencia le hace eterno
y aún a sabiendas de que es otro
su anonimato generoso
de gorrión
                     sin nada mas
                                     que 
                                             pa
                                                    ja
                                           ro
de infinitos gorriones
para mi muerte
absolutamente indescifrable
altruista
celebra mi pequeño camino
                                       de innumerables 
                                                         re
                                                                 gre
                                                     sos
hacia el mismo nido de ceniza.

Y de fondo, el alboroto franqueable de mas vuelos

Y adelante con la improvisada y rigurosa proclama: volar con palabras lo que la dinamita envidia.