domingo, 2 de marzo de 2008

Invierno Carmín

-Cierra los ojos y tomame de la mano...-

Siente la brisa cortar el manto astral,
el manto eterno que alimenta a los demonios escondidos detrás de la risa estelar,
ahí detrás de la luna que errante descansa en invierno.

Ahí donde nuestros sueños se toparon,
donde la llama eterna calmó el dolor de la fría soledad;
en aquel bosque atrapado entre estrellas, rodeado de bestias danzantes,
de sueños perdidos, de corazones alimentados de penumbra.


-Toma más fuerte mi mano-

Casi a lo lejos, entre ramas y hojas secas,
el inquietante brote de lágrimas de cristal agrietando sus dulces mejillas,
ahogando la sed de sus partidos carmín,
como la flor del lago, como la flor de mi sueño.

Ahí donde nuestros fríos cuerpos desnudos
sintieron el calor de la caricia extraña,
del eco latente de un pecho endurecido por la brisa invernal.
Ahí donde mi corazón cobijó tus lágrimas, donde mis manos
probaron el pétalo suave y carmín de tus pronunciados labios.

-Abrázame-




Aquí donde danzaremos eternos entre los fuertes vientos gélidos de las noches,
y de los ardientes inviernos que desencadenan
la pasión escrita en nuestros cuerpos desnudos.

Cobijado por tus caricias, recostado en el manto astral,
aquí encerrado entre tu dulce sencación carmín,
entre tus brazos, entre la brisa que rompe en tus labios.

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