lunes, 22 de marzo de 2010

No tiene título

En ese mismo momento lo había decidido y comencé a preparar todo, redacte en unas hojas de mi cuaderno que no era la primera vez que lo intentaba y que tenia miedo, tanto miedo de fallar como de lograrlo. Preparé todo minuciosamente, tuve mucho cuidado de que nadie lo notara a pesar de que nadie jamás nota esas cosas, sonreí antes de ir a dormir y dije "buenas noches ", miré las fotos de mi velador, ví aquel papelito que dice -Te Amo- y el tazón con el peluche que él me regaló para el 14 de febrero. Quise sentir rabia hacia mí misma por lo absurdo, en sierto modo, de lo que tenía en mente, pero a esta altura hasta el odio supuestamente irremediable que sentía hacía mí se estaba desvaneciendo, me quedaba sin nada de mí.

Y otra vez parece que faltaran los motivos, cuando me doy cuenta que en verdad nada es real, el amor no es palpable, y aún cuando pueda sonreír al imaginar que existe, muchas veces he sonreído por una mentira. Si creo que no es real, dejo de hacerlo real y aunque exista no podría notarlo.

A veces creo que vivo de recuerdos erróneos o hasta sin recuerdos, me observo en el espjo y ya aquella imagen desgastada que da mi reflejo no provoca nada en mi interior, ni si quiera escapa una lágrima a mi universo quebrantado por tratar de unir las piezas que caen una y otra vez.

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