Capitulo VI “Los Heraldos de los Muertos Vivientes”

Lancé aquella colilla de cigarro, y con un giro en el aire, rebotó en una pared, que se encontraba a un costado mió, y con increíble pericia calló en mi mano nuevamente

-¡Bravo¡- me ovacionaba mi “putilla con clase”, al haber visto aquella maniobra, digna de un circo de fenómenos
Y fue en ese momento, cuando le pregunte:
-¿Tienes algún nombre?- balbucee un poco
-¿Cómo me quieres llamar?- Me respondió, luciendo una enorme sonrisa
-Te llamare Esquerita- Termine de Decir
-Que nombre tan raro, pero pues… ¿Qué mas se podía esperar?- De pronto esbozo una sonrisa macabra y soltó una carcajada estridente y por demás longeva

Entonces caminábamos así, Esquerita y yo, por aquellas veredas pavimentadas, sin mirar atrás, y la gran cantidad de preguntas, que recorrían mi cabeza, me provocaban nuevos mareos y uno que otro escupitajo, que terminaba en alguna grieta del asfalto

El tiempo no parecía avanzar, y yo tenía la jodida certeza de que Esquerita, sabía algo que yo no, pero, ¿por que era tan indispensable, que fuera yo, quien lo descubriera?
Había ciertas pistas, pero ninguna era lo suficientemente fehaciente para hacerme vislumbrar aquella verdad resbaladiza, y yo aun no entendía nada...

Pero aquella sensación, no me duro demasiado tiempo, pues pronto ni Esquerita y yo tendríamos tiempo para seguir conversando y tomando té con galletitas
Y no existiría ni un momento tranquilo para, empezar con mis erráticas preguntas existenciales

Al fondo de la calle, había una parvada de cuervos, quizás 3 docenas de ellos,(Que pronto se convirtieron en 3000, quizás mas), pero aquellas no eran aves comunes, Esos demonios alados tenían colores diferentes, (Cuervos multicolores, quien lo diría), Los cuales estaban picoteando a un montón de gente convaleciente, que se arrastraba lentamente, dejando sus intestinos y globos oculares, como una nueva decoración en la banqueta

-¿Qué esta pasando, Esquerita?
-Son los heraldos de los muertos vivientes- Respondió
-¿Me estas diciendo que vamos a estar llenos de un montón de Zombies de Mierda?-Dije casi al borde de la risa
-Vamos, te encantan los Filmes de George A. Romero, ¿No?-Parecía que estaba de un muy buen humor, aquella noche

Y como si nada, busco entre la cajuela de un coche desvencijado y abandonado
Y me paso una barra de hierro
-¿Cuántos crees derribar, antes de que te muerda alguno?-Me susurro, con aquella sensual voz que solo ella posee

Así pintaba aquel cuadro, tenia a una chica vestida de cuero, y a un montón de muertos que de pronto habían comenzado a ponerse de pie, y yo un chiquillo de 19 años con una barra de hierro entre las manos…

Valla, todo aquello parecía un gran sueño….
-Coño!- (Como dije no había tiempo de pensar, aquel lugar ahora era una pequeña batalla campal)

Cuando una de esas criaturas comenzó a correr y súbitamente se abalanzo sobre Esquerita
y yo solo pude.....