Me has obligado a cortar con mi vida en este instante
Me doy tanto asco al mirar aquel reflejo repugnante
Estoy cubierto con menjurjes para detener mi decidía
Pero no me muevo del mismo punto de mortal melancolía
Suplicare ahora, que poco me falta para estar sereno
Ahora que cuento los segundos, para mi viaje al inframundo
No pretendo, que mi llanto sea un gran estruendo
Y mi reflexión os dejara con nauseas y ceño meditabundo
Jovial era aquella niña de falda, con cuadros azules y grises
Que bailaba entre parajes de besos cortos y sonrisas invisibles
Tan sencilla y pequeña era la razón de su alegría
Que pronto aquella sensación mudaría en porquería
Llamadme el loco trasgresor de los modales altruistas y refinados
Pero comprendí que mi mundo, sin sus ojos, debería ser erradicado
No me escuchas hoy, flor de las mil abejas , cuando el viento es el indicado
No te atrevas a enseñar tus sonrisas , ahora que el cadáver se ha equivocado
Nunca pude escribir simplemente lo que ocurre
Siempre rebusque en terminología compleja, que quizás te aburre
Y me convencí de una vez que el amor, no es lo que uno cree
La belleza se opaca con un poco de Mierda sobre ella
Y después de todo eso, solo te queda preguntar
Si realmente vale la pena lagrimear y suplicar
A aquella traicionera de cuatro lenguas de pedernal
No quiero estar con ella, si se que su calor me hace mal
Debo de acabar, debo de dejarme llevar
Dormir y no volver a despertar
Jamás volverme a lamentar
Por tu perfume no dejarme Hipnotizar
Termino mi vida con esta sórdida suplica a tu amor
1 comentario:
viejo, escribes directamente con lo podrido de tu alma, conectarse con eso es una azaña.
Publicar un comentario