Aquella noche, los amigos se marcharon con reproche
Subí, a tientas, por las escaleras, y tirando la leche
Tome aquel, teléfono y me seque esas lagrimas
Marque tu numero, que recordaba mis llamadas
Esperé un timbre, quizás dos, y de pronto se escuchó tu dulce voz
-¿Te acuerdas de mi?
-Si, si recuerdo
Aquella dama, no era maldita
Solo mentía, en su fuente bendita
Decidme que todo lo que era, hoy es
Para poder besarte el próximo viernes
Por que mi tiempo, se entiende con esas falacias
Mi mente, no enciende, si no son ilusiones falsas
Lamento, centeno, la cruz del averno, dentro de llamas
Tu timbre belleza, de alumbra las palmas con almas
-¿Recuerdas los días, en que te llame, mi mujer?
-Lo dudo, no entiendo, como eso alguna vez pudo ser
El embudo, se enrolla en un nudo, me quede mudo
Al oírte decir, como un mundo, te lleno de gas inmundo
Dentro del simple ir y venir, de un sexto , que baila , me hundo
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