(k)
lunes, 9 de junio de 2014
LA MUJER LAMPARA
(k)
miércoles, 22 de enero de 2014
TALLANDO EL MIEDO
¿TALLANDO MIEDO?
(Dedicado a ti, que eres la otra, que soy yo)
Única escena, todos los escenarios.
LOS ÁRBOLES HACEN FRÍO EN Las VENTANAS
ALGUIEN TALLA SIGLOS EN LA TRASTIENDA de la ignorancia
HUELE A ÓXIDO EL SILENCIO QUE SOBRA
Y el aire es un cristal crudo que palpita
a cada bofetada el día se hace añicos
la mesa y las sillas se esconden aterradas
nada es lo que es en un silencio
que afila sangre como un asesino
que corta el aire hasta degollar el alma
mama mama mama mama mama
Una enorme pena se dobla suplica
de rodillas a la altura de la fiera
anda el necio con su crimen
haciendo chapuzas con las mondas
de su inmunda nostalgia de macho
maldito propietario de añicos ensangrentados
sin vida mendiga vidas troqueladas
como un mercachifle de terror a palo seco
el aire es de cristal y suenan los golpes
haciendo esquirlas el infernal amor
cortándose las venas las cosas aterradas
ante el terrible amor del que no es nada:
un fracaso que odia todo lo que respira
los besos sin sus labios chupados
hasta los huesos de alimaña miserable
en su rincón de amo impotente, ridículo, cabrón.
COMO ES POSIBLE PARTIR LA CARA
DE ELLA, QUE SE APRIETA AL MIEDO
que a ti te sobra, impotente parodia de la muerte?
Mastica vidrio para siempre con los párpados
que te sueñan vencido por los labios
de todas las mujeres, infernal y eterna pesadilla
de esa manada de dioses,
esa jauría de amos,
ese piara de patrones
que habitan
la pocilga de tus sueños de amputado sicario.
Pero ella te sobrevive te sucumbe
más allá de la estirpe del honor que rabia
y su tóxica mansedumbre
Ante ella, y su magnífica fragilidad
tú ya estás enterrado como ínfimo despojo
en el hedor de tu estéril prepotencia.
TU SOLO, ERES UNA MANADA DE IMPOTENCIA,
UN EJERCITO DE DECAPITADOS ESBIRROS
A LAS ORDENES DEL MIEDO QUE TE FUNDE.

lunes, 1 de noviembre de 2010
a los pies del adios
A los pies de los adióses
una animal insomne
un mar indomable y fiero
guarda y acompaña mansamente
El poblado Olvido de los muertos.
Florida generosidad que el tiempo adora
la que mostráis los que talláis Ausencia.
Y luz pues luz coméis en las palmas de las manos
del que aún camina
desmigando el tiempo
que el tiempo ignora,
Y luz mas luz son las voces
con las que los dedos de los vivos
escuchan a los que en el Sueño sueñan
que estamos vivo.
No hay mármoles que valgan ni portátiles cenizas
para vosotros
que coméis las raíces originales
de los arboles encendidos.
No se si creo o no creo
pero dudar no dudo
de que el tiempo del mundo
esta en vuestro recuerdo.
Crepúsculos comestibles
son el pan de los que duermen
en el corazón de los vivos
Nictitantes animales en extinción
vuelan al otro lado de la ceniza.
Una multitud de Nadas locuaces
amasan el silencio de todos los huesos,
es efímero todo menos el instante de la partida,
Zarpar es el momento de la sensación verdadera
no así el interminable regreso
que el miedo inventa.
Hay un otoño ardiendo en los ojos de los niños
que como primavera mama canta.
Imposible corregir la certeza de las estrellas,
esa inexistencia luminosa
que nos guia cuando la hoguera de las vanidades
se apaga.
Cuanta calma parpadea en el fondo de la noche
y que inútil nuestra colección de albas.
Mármoles y urnas
tumbas y ramas
son las coordenadas de un despreciable mapa
que solo los que se desnudan ante el amor
escuchan:
voces mondas y lirondas de los días sin nosotros.
Pero aquí esta, en la palma de tus manos
un magnifico Noviembre,
llenando de piras melancólicas
los caminos de polvo y los caminos de agua
Por qué no seguir
a los animales y repoblar con ellos
el olvido, mas olvido?
sábado, 23 de febrero de 2008
El tintineo del engaño
mis brazos cansados de abrazar,
mi boca seca de alientos
mi palidez flaca me lleva a bordes... solo bordes
Estoy aquí sentada sin más que
estos milagros inacabados,
con promesas que nadie me ha hecho,
con amores que no tuve.
Aquí me encuentras hoy, mañana y siempre.
Muere el llanto dentro de una rendija con polvo,
se detiene el despertador sin manos violentas,
y el segundo vuelve al anterior.
El texto de mis globos oculares sangra,
te baña y tu conciencia aún no se moja...
La in-sabora lengua entre mis pasiones ocultas
me llena de ardor y se quema a sí misma, y a todo dentro
Si,
una pasión quemada.
Como el día a día, tras otros abundantes
finjo la estima esqueleto andante,
actuando la sonrisa que protege,
interpreto la dolencia del mártir
en que transeúntes colocan su fe,
en que extraños observan y me dejan ir,
en que todos y tu y nadie aprecia sin saber que aprecia,
interpreto, interpreto sin mortificar al espíritu,
hasta encontrarme la vista en un espejo,
hallar mis cabellos mintiéndome,
mis ojos burlándose de todos, de ti y nadie
y a veces de mi.
Mírame, de lejos, no te acerques
¿Ves? Sentada, si, dulce y apacible.
La comisura de mi pasado insinúa sombras,
un eclipse tamaño universal,
y espacios infinitos que gotean suspiros.
Sigo sentada.
No, el viento impetuoso me acarició,
me robó mi último equilibrio,
las hojas deshicieron mis pies,
creo que estoy hincada...
Si... dulce y apacible.
Tal vez estas palabras me roben
mi última fuerza y la tierra me coma,
si,
y muero entonces.
Si.
miércoles, 30 de enero de 2008
volviendo al mar con la boca abierta

VOLVIENDO AL MAR CON LA BOCA ABIERTA
hay una edad de animales en calma
que hacen de los brotes
tiernas llamas
allí donde tu boca
dibuja una flor vencida
por la velocidad brutal
de un párpado insaciable
que deja intacta la memoria de los peces.
Tiembla la espesura de mayo
entre el algodón planchado
del porvenir
y las cigüeñas perpetuas
de los campos góticos
¡Qué fatiga locuaz, la de tus ojos!
guardando los rebaños
de los días felices
los basureros humeantes como sagrados volcanes
son doradas áreas
de aves marinas
que despedaza el cielo
hasta hacer del horizonte
un pez descorazonado
¡Cómo se tumban las tardes
a tus pies!
Haciendo de tu voz un regazo sembrado
en el que el pan del recuerdo
es un presente
recién hecho
Nos confunde el olor
de los labios arados
nadie echa de menos
la infancia incalculable
que los caminos y sus árboles
cazaban
¡benditas mariposas
de nuestro corazón cansado!